viernes, 26 de agosto de 2011

domingo, 7 de agosto de 2011

Debes llorar todo ese dolor, llorar la tristeza, llorar las tragedias, llorarlo todo. Llorar todo el dolor, sacarlo, porque ocupa un lugar de la alegría, del amor. Cuando lloras no solo lloras el dolor, también lloras el odio, el resentimiento, la frustración, te vacías de todo eso.
Cuando lloras riegas, y tal vez algo florezca. Porque cada lágrima trae una enseñanza, cada lágrima es una parte de ti que muere, cada lagrima es algo de ti que quiere renacer.
Y una vez que lo hayas llorado todo, toda la tristeza, la soledad, comprenderás que las cosas simplemente son como son, y no por eso han de ser malas.
Las cosas son como son, bellas, duras, inexplicables, complicadas. Hay de todo en la vida, obstáculos, alegría, sin sabores… llora mucho, pero luego ríe, porque eso hacen las esperanzas, lloran todo lo que esperan pero ríen sabiendo lo que vendrá.
A veces las palabras sobran
A veces la palabra
justa es esa que se calla
A veces no hay palabras.
A veces las palabras se
escuchan sin que sean dichas.
Hay palabras que
curan, y otras que matan.
A veces callamos para evitar más dolor y en ese silencio aparecen las palabras que tanto necesitábamos.
Un silencio, una palabra
sencilla o un monologo irritante, todo habla, todo dice.
Pero a veces
no alcanzan ni los silencios ni las palabras, hay que ir más allá, pasar de la palabra al acto, porque el resto, el resto es puro bla bla.
Me eh quedado solo esperando una respuesta del viento solo deja tu alma volar asia donde estoy
Happiness